Desde las 8 de este domingo, Argentina decide mucho más que un nuevo presidente: muchos aseguran que esta elección es verdaderamente histórica y no sólo por cumplirse 40 años de la vuelta a la democracia, sino también porque los modelos que están en juego son completamente opuestos.
Este histórico balotaje dejará felices a muchos y enojados a otros, pero sin dudas se resuelve en esta jornada si el país continuará con un modelo que defiende la justicia social y el rol preponderante del Estado en la vida de las personas, o si cambia a un proyecto de ultraderecha, donde prácticamente el Estado quedará desdibujado en lo que respecta a su tarea asistencial.
Del lado de Javier Milei -fundador y referente de La Libertad Avanza, sus votantes tienen "temor" de que el modelo afín al kirchnerismo continúe en el poder, mientras que, del lado de Sergio Massa -candidato de Unión por la Patria-, sus adherentes temen el regreso de la etapa más oscura de nuestro país, debido a la constante reinvindicación del terrorismo de Estado por parte de los libertarios, al mismo tiempo que la insólita negación del genocidio ocurrido en la dictadura cívico-militar que tuvo lugar entre 1976 y 1983.
Sin lugar a dudas, se debaten dos modelos radicalmente opuestos pero, sobre todo, el cariz que tendrá la democracia a partir del 10 de diciembre. Ya vivimos y aún sufrimos la baja calidad institucional que el gobierno de Mauricio Macri instituyó desde 2016. En este sentido, marcha también la duda que una de las fuerzas ha instalado sobre la posibilidad de fraude electoral. A pesar de que luego en sede judicial esas denuncias no se refrendaron, sí se propagaron en redes y medios de comunicación echando un manto de duda sobre un mecanismo electoral que no tiene máculas reales en 40 años.
FUENTE: MINUTO1
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